b) Gestión del centro por proyectos.

 

Un proyecto constituye una actividad de cambio, con objetivos, tiempo y espacio definidos, dirigido a un conjunto especifico de personas y con la resultante de mejorar situaciones actuales. Su función básica es brindar alineamientos y fortalezas a todos los actores de una organización, conducentes al mejoramiento progresivo y eficiente de alguno de sus procesos.

La gestión de proyectos es la rama de la ciencia de la administración que trata de la planificación y el control de proyectos, aspectos que ostentan la mayor importancia en la gestión de los proyectos.

En el campo de la Educación, la gestión implementa proyectos, a nivel nacional, regional, local e institucional, para responder a las necesidades de desarrollo de los sistemas o centros escolares; por ello, un Proyecto Educativo es un instrumento que permite a la comunidad plantear soluciones a los problemas educativos y atender las necesidades tanto de índole pedagógica curricular como de infraestructura y mobiliario escolar, entre otros.

En la obtención de objetivos educativos, el centro escolar en su conjunto podría constituirse en un proyecto educativo, o bien existir una serie de proyectos dentro del mismo centro. Está claro que el centro se desenvuelve en una comunidad escolar, en la que surgen a diario problemáticas que deben resolverse de modos variados, pero aquellas situaciones que requieran de soluciones sistemática y científica, habrá que resolverlas mediante la implementación de proyectos.

Adaptar los sistemas de educación y formación a las demandas de la sociedad del conocimiento y mejorar el nivel y la calidad del trabajo son preocupaciones constantes de la Unión Europea. El Consejo Europeo de Lisboa de 2000 se marca como objetivo estratégico para la Unión Europea: llegar a ser “la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de tener un crecimiento económico sostenible con más y mejores trabajos y con una mayor cohesión social”.

Para iniciar el camino hacia el logro de este objetivo estratégico se solicita un estudio para concretar los futuros objetivos de los sistemas educativos, centrado en intereses y prioridades comunes y que respete al mismo tiempo la diversidad nacional.

Más tarde, para alcanzar los objetivos estratégicos señalados en Barcelona en 2002, se aborda el programa Educación y formación 2010 (ET 2010) que se convierte en el marco para el desarrollo de las políticas de educación y de formación a nivel comunitario para hacer que los sistemas de educación y de formación europeos fueran una referencia de calidad mundial para 2010.

Ya en 2006 la LOE hace explícito el principio de autonomía pedagógica de los centros en el artículo 120 señalando en el punto 2 que: “los centros docentes dispondrán de autonomía para elaborar, aprobar y ejecutar un proyecto educativo y un proyecto de gestión, así como las normas de organización y funcionamiento del centro”. Al mismo tiempo establece en el punto 3 la obligatoriedad de las administraciones de favorecer la autonomía de los centros, de forma que sus recursos puedan adecuarse a los planes de trabajo que elaboren, una vez que sean convenientemente evaluados y valorados.

En el Consejo Europeo de 2009, se fijan cuatro objetivos estratégicos, uno de ellos ya recogido en la ET 2010, que son los siguientes:

    • Hacer realidad el aprendizaje a lo largo de la vida y la movilidad.
    • Mejorar la calidad y la eficiencia de la educación y la formación.
    • Promover la equidad, la cohesión social y la ciudadanía activa.
    • Afianzar la creatividad y la innovación, incluyendo el espíritu emprendedor, en todos los niveles de la educación y la formación.

El informe Objetivos Educativos Europeos y Españoles. Estrategia Educación y Formación 2020. Informe español 2013 articula dichas medidas en torno a diferentes líneas de trabajo que incluyen: planes globales para la disminución del abandono, programas de segunda oportunidad, programas de orientación y seguimiento del alumnado, corresponsabilidad de los centros en la prevención del abandono, participación y responsabilidad del conjunto de la sociedad, coordinación de políticas públicas, etc.

La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), sigue teniendo como referencia los objetivos europeos y fija entre sus metas la reducción de la tasa de abandono temprano de la educación y la mejora de los resultados educativos de acuerdo con los criterios internacionales, tanto en la tasa comparativa de alumnos y alumnas excelentes, como en la de personas tituladas en Educación Secundaria Obligatoria.

Tal y como señala en su preámbulo, apoya el logro de estos objetivos en seis principios que pueden incidir en la Gestión de Centros por Proyectos y son la base del  desarrollo de los Contratos Programa y refiere de la siguiente manera: el aumento de la autonomía de los centros, el refuerzo de la capacidad de gestión de la dirección de los centros, las evaluaciones externas de fin de etapa, la racionalización de la oferta educativa y la flexibilización de las trayectorias.

Dentro de los Programas de Cooperación Territorial del Ministerio de Educación, con las diferentes Administraciones Educativas Autonómicas, para desarrollar la Gestión de Centros Por Proyectos, se han suscrito convenios por el que se comprometen a proporcionar a los centros educativos:

• Los recursos que sean necesarios para alcanzar la finalidad que se persigue, siempre que queden debidamente justificados por un proyecto y su evaluación.

• La formación a docentes sobre procedimientos de análisis y diagnóstico, modelos de gestión y organización, así como el desarrollo e implementación de planes de actuación y de evaluación del proceso realizados en equipo.

Ya desde el curso 2010/11 se empezaron a realizar los primeros proyectos financiados con Contratos Programa en distintos centros de España  en base a un programa de trabajo de carácter Autonómico  en el que se establecen los criterios de selección de los centros, las áreas prioritarias de intervención, los criterios para la asignación de recursos y las líneas generales a seguir en la formación del profesorado.

Cada CC.AA. fija la propuesta del programa concretándolos  en torno a unas áreas prioritarias.
Asimismo se fijan unos criterios para asignación de recursos, los cuales se asignan en función de las acciones recogidas en el Proyecto de Mejora del Centro.

Con respecto a la Formación del Profesorado, desde las Consejerías de Educación se apuesta ya desde el primer momento, por una formación de acompañamiento a los centros, dada la dificultad que encuentran sus equipos de trabajo para realizar el Plan de mejora a partir de su autodiagnóstico.

Se diseñan dos tipos de formación:

    • Dirigidos al profesorado de los centros participantes. Se orientan a la mejora del trabajo en equipo y al desarrollo de las competencias profesionales.
    • Dirigidos a las personas que constituyen los equipos directivos y los equipos impulsores para asegurar el liderazgo educativo de éstos en el desarrollo de planes de mejora y en la coordinación de equipos docentes.

Los Proyectos de los Centros contemplan de este modo, un Contrato Programa que es un acuerdo entre los Centros educativos y las Consejerías de Educación, cuya finalidad es incrementar el éxito escolar de todo el alumnado, a través de la puesta en marcha en los centros de un Plan de mejora para alcanzar tal fin.

Dicho acuerdo se materializa en un contrato de colaboración, donde el centro educativo adquiere el compromiso de incrementar el éxito escolar de sus estudiantes y la Consejería se compromete a acompañar a los centros en el proceso de cambio, proporcionando el apoyo y los recursos necesarios para la implementación de un Plan de mejora, respetando la autonomía de éstos para la organización y gestión de sus recursos.

Este compromiso, plasmado en el Plan de mejora, aborda el cambio de forma global, aunando las diferentes acciones orientadas al logro de éxito educativo para todo el alumnado que tienen lugar en el seno de la Comunidad educativa, e integrándolas en la dinámica de los centros para construir una cultura escolar de colaboración.

Todo ello, a través de un proceso cíclico que se desarrolla en cuatro años donde los centros educativos van adquiriendo progresiva autonomía a lo largo de distintas fases cuyas actuaciones se concretan en la Programación General Anual (PGA) y se enmarcan en el Proyecto Educativo del Centro (PEC).

De este modo los centros que participan en los Proyectos se involucran en un proceso de reflexión conjunta que los transforma en laboratorios de innovación, en espacios para la investigación y el diseño de propuestas alternativas que mejoran la respuesta educativa que dan a su alumnado, al proporcionarles las herramientas necesarias para alcanzar el éxito escolar.

Es en los espacios de investigación ya señalados donde las personas responsables de diseñar y desarrollar la respuesta educativa en los centros analizan sus propias formas de trabajo en el contexto en el que éstas se desarrollan, lo que les permite conocer su realidad para poder transformarla, fijar las prioridades de cambio, implementar innovaciones y evaluar los progresos.

Con este proceso de reflexión y análisis se trata de que los centros educativos optimicen sus recursos orientándolos a la mejora del éxito escolar de todo el alumnado, estructurando y sistematizando prácticas y acciones que con frecuencia se realizan de forma aislada y evitando que queden diluidas en el ejercicio de la acción educativa, lo que restaría eficiencia a las mismas.

Se establece de este modo un proceso de reflexión sobre la práctica donde se hacen explicitas las ideas, costumbres, creencias, formas de hacer, valores, etc., que guían las prácticas educativas del centro educativo y que conforman la cultura de éste.