g) Convivencia escolar. Prevención de conflictos y programas de mejora de la convivencia. Estrategias y buenas prácticas.

Introducción

La convivencia en un centro educativo, como en cualquier entidad social no es fácil. La diversidad de componentes del mismo y, por tanto, de tareas a desarrollar y expectativas hace compleja la existencia de parámetros comunes, que por supuesto deben existir. En esta ponencia estudiaremos la convivencia desde dos puntos de vista:

    • El Sistema de Relaciones en los centros educativos: una reflexión sobre la tarea del equipo directivo para mejorar la convivencia

 

    • La normativa legal de Derechos y Deberes de los alumnos y disposiciones complementarias cuya aplicación ayudará a mantener una adecuada convivencia.

Habrá de considerarse la publicación de la LOMCE, en donde ya se reconoce la autoridad pública del profesorado en el desarrollo de sus funciones, con la importancia profesional que tendrá este esperado y demandado reconocimiento:

Artículo 124.3: Los miembros del equipo directivo y los profesores y profesoras serán considerados autoridad pública. En los procedimientos de adopción de medidas correctoras, los hechos constatados por profesores, profesoras y miembros del equipo directivo de los centros docentes tendrán valor probatorio y disfrutarán de presunción de veracidad «iuris tantum» o salvo prueba en contrario, sin perjuicio de las pruebas que, en defensa de los respectivos derechos o intereses, puedan señalar o aportar los propios alumnos y alumnas.

El sistema de relaciones en los centros educativos.

El centro educativo. Situación de partida.

El centro educativo está articulado por la legislación, que le dota, al menos sobre el papel del B.O.E. o de los Boletines de las CC.AA. de una estructura organizativa formal (órganos de gobierno unipersonales y colegiados, órganos pedagógicos, gestión económica, etc…) y unos contenidos sobre los que trabajar y evaluar (currículos), así como de legislación complementaria en materia de servicios, convivencia, etc. Es cierto que la legislación deja una cierta autonomía a los centros para organizarse, pero muchas veces no saben o no pueden utilizarla precisamente porque "la convivencia" es una barrera para tomar decisiones, siendo mucho más cómodo agarrarse a lo estrictamente estipulado en las disposiciones oficiales, que desarrollarlas según las necesidades del centro, lo que "podría molestar a algunos".

Además hay otras dificultades con las que el centro educativo tropieza para llevar a cabo su trabajo y cuya resolución depende de la calidad de la convivencia:

    • La ambigüedad de sus metas: no hay unanimidad social sobre qué entendemos por educación, ni si el centro debe transmitir sólo conocimientos, o valores, o las dos cosas juntas. No hay unanimidad social sobre lo que se consideran conocimientos básicos, valores importantes....
    • Los objetivos de los distintos sectores de la comunidad educativa (padres, profesores, alumnos....), e incluso dentro de cada uno de los sectores no coinciden.
    • Los miembros de la comunidad educativa no se han seleccionado previamente.
    • No hay verdades absolutas en educación.
    • Hay desconfianza entre sectores de la comunidad educativa en muchos casos.
    • Los profesores son técnicos altamente cualificados, por lo que prefieren hacer las cosas cada uno a su manera, siendo necesario la persuasión y el razonamiento para que acepten decisiones colectivas. Son reticentes a aceptar órdenes.
    • Por otra parte, y dentro de la ambigüedad de metas antes aludida, a la escuela se le piden cada vez más cosas, principalmente:
    • Formación en conocimientos
    • Educar a los alumnos

 

Aunque para esto último cada vez es más difícil encontrar colaboración en las familias: muchos padres delegan totalmente la educación en los demás, especialmente en el Centro Educativo.

Por todas estas cosas y otras más que cada uno, según su experiencia, podría enumerar, el centro docente debe plantearse la existencia de una cohesión, aunque sea mínima, en una línea de trabajo a seguir y un marco de referencia donde tengan cabida las expectativas de los distintos miembros: De ahí que sea importante la elaboración de los documentos institucionales: Proyecto educativo y Proyectos curriculares.

Y para que exista esa cohesión, no sólo deseable sino necesaria, es preciso que el marco relacional entre los miembros de la comunidad educativa sea el óptimo. No vale:

    • Ni mirar para otro lado cuando hay un conflicto " por el bien del centro" y seguir funcionando "por inercia", pero sin cohesión
    • Ni una situación de enfrentamiento continuo

 

El Equipo Directivo, si quiere lograr crear una "línea de centro" debe estar configurado por auténticos CORREDORES DE FONDO que no tengan prisa en llegar a la meta, pero que sean perseverantes en sus objetivos. Para ello a veces:

    • HAY QUE SABER CONTAR HASTA DIEZ
    • HAY QUE ACOSTUMBRARSE A TRAGARSE UN SAPO DE VEZ EN CUANDO
    • HAY QUE TENER CINTURA

 

Pero también:

    • HAY QUE SER PERSEVERANTE
    • HAY QUE SER DIALOGANTE Y PERSUASIVO
    • HAY QUE TENER UNOS OBJETIVOS Y LUCHAR POR ELLOS, PERO NO DESDE
    • LA IMPOSICIÓN TAJANTE
    • HAY QUE CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA NORMATIVA

 

Tipología de la Comunidad Educativa.

Un centro docente puede reunir (como la sociedad misma) individuos de la más variada tipología, con los que hay que convivir. He aquí algunos ejemplos:

Profesores:

Los que creen en lo que están haciendo y les gusta su trabajo y están dispuestos a colaborar, a coordinarse y se preocupan por la marcha del centro.
Los políticos frustrados: demagogos, se creen que el claustro o cualquier órgano colegiado es el parlamento; intentan convencer de que sus aspiraciones son las de todos.
Los chinches profesionales: siempre están en contra de todo en especial si afecta a su status o a su comodidad ( que suele ser lo mismo).
Los que tienen intereses fuera del centro y cumplen lo justo ( y a veces menos de lo justo)
Los "mentalidad de funcionario" que consideran que con sacar las oposiciones ya han hecho todo en la vida.
Los que se mueven por intereses: dinero, comodidad, puntos para traslados, y cuando alcanzan su meta ( para conseguirla son capaces de embarcar a todo un claustro) ya no están para nada ni para nadie.

 

Padres:

Los que tienen interés en sus hijos y se preocupan y colaboran si se les pide, pero no incordian.
Los completamente despistados / as, que sólo aparecen por el centro cuando hay problemas o suspensos (Padres / madres de Mayo) y que frecuentemente no saben ni en el curso en que está su hijo.
Los que creen que el centro es un aparcamiento de niños.
Los "participativos en exceso" que quieren gobernar el centro y creen saber mas que los profesores: algunos de ellos suelen tener hijos malos estudiantes y con su "participación" los quieren salvar de la quema.

Alumnos:

Algunos (no aventuro porcentajes) hasta tienen interés por lo que estudian y/o están dispuestos a colaborar y participar.
Muchos vienen por inercia: les mandan los padres y/o la sociedad.
Los hay con problemas emocionales y problemas de conducta: muchos de ellos son los más conflictivos.

Personal no docente: Aquí hay dos tipos claramente diferenciados:

Los que son conscientes de la influencia positiva que su trabajo puede tener en el centro (son habitualmente los más antiguos) y están dispuestos a colaborar dentro de sus funciones en la tarea educativa.

Los que se limitan a hacer lo que estipula su convenio colectivo con la socorrida excusa de "para lo que nos pagan....", y si hacen algo mas es porque podrían tener menos vacaciones de las que tienen si el Director decide aplicarles dicho convenio a rajatabla. Es cierto que las restricciones de la Administración respecto a este personal no contribuyen precisamente a que trabajen contentos.