h) La participación de la comunidad educativa.

La participación oficial se concreta en el Consejo Escolar, órgano colegiado donde están presentes todos los sectores de la comunidad educativa. Y las estadísticas de los Informes anuales del Consejo Escolar del Estado indican que la participación no es muy importante, a tenor de las pocas reuniones que se hacen ( una media de 4/5 reuniones al año y principalmente a principio y final de curso cuando hay que aprobar las programaciones o las memorias) y el poco tiempo que se dedica a cada una ( una media de hora y media de reunión).

Veamos a continuación algunos comentarios y actitudes frecuentes sobre la participación procedentes de los distintos sectores de la comunidad educativa:

Profesores:

  • Existe la idea general de que cada uno está mejor en su clase y no hay motivos para una participación más allá de la normativa
  • Muchos opinan que el mejor Director es el que se sabe que existe, pero no se percibe su existencia.
  • Muchos que sí quieren participar piensan que todo está decidido de antemano.
  • No ven la necesidad de reunirse y coordinarse.
  • Piensan que el Consejo escolar no sirve para nada
  • Por supuesto que también hay muchos que consideran imprescindible la participación.

 

Padres:

  • No se suelen plantear la participación ( y menos cuanto más mayores son sus hijos).
  • Piensan que el funcionamiento del centro no es asunto suyo.
  • Sólo se preocupan de cómo va su hijo (cuando se preocupan...)
  • Cuando participan, muchos no conocen la normativa y quieren tomarse atribuciones que no les competen, o, teniendo buena voluntad y conociendo sus límites, chocan con el inmovilismo o la desconfianza de algunos profesores.

 

Alumnos:

  • Una gran parte de ellos desconoce la existencia del Consejo Escolar o de la Junta de Delegados. ( Y a algunos tampoco les importa..)

 

  • Todos conocen la figura del Delegado de grupo, pero lo ven como una especie de "colaborador" del profesorado ( porque de las atribuciones del Delegado los profesores muchas veces sólo resaltan que debe "colaborar" con ellos...) que sirve para hacer recados o ir a por tizas, y no conocen todas sus atribuciones: por ello frecuentemente eligen ( sobre todo en secundaria) al peor estudiante, al mas irresponsable o incluso al alumno nuevo en el centro...)
  • Los que conocen el Consejo Escolar piensan que sólo tiene funciones disciplinarias.
  • Algunos que se preocupan y participan sienten que no se les escucha. Muchas veces es por causa de su desconocimiento de las normas o no saber exponer lo que quieren o exponerlo de forma inadecuada.
  • Chocan al igual que los padres con la desconfianza de algunos profesores.
  • Todo lo anteriormente expuesto no quiere decir que no haya gente dispuesta a participar y tirar del carro, que la hay y más de lo que parece.
  • Por ello, pese a la perspectiva, está claro que un centro docente no puede funcionar correctamente sin PARTICIPACIÓN, COMPROMISO y CONSENSO de todos o al menos de una gran parte de la Comunidad Educativa. En todo caso podrá funcionar:
            • Por IMPOSICIÓN
            • Por INERCIA
  • con un esfuerzo titánico en solitario del Equipo Directivo que si no encuentra apoyo poco a poco irá perdiendo fuerza y desaparecerá.

 

Tipología de dirección

El tipo de liderazgo es fundamental para que un centro funcione de forma coordinada y eficiente. No quiere esto decir que hay un estilo de dirección que funcione, pero es cierto que algunos estilos de dirección  no sirven para el buen funcionamiento del centro.
La motivación para acceder al cargo también es un buen termómetro para medir la eficacia del liderazgo. Veamos algunos tipos de expectativas de los aspirantes a la dirección de un centro escolar ( o de los que aceptan ser nombrados por la Administración):

EL QUE CREE EN LA EDUCACIÓN: Este siempre se presenta, por supuesto. Quiere lo mejor para el centro y está dispuesto a trabajar por ello. Afortunadamente hay bastantes.

EL COMODÓN: Busca la dirección para dar pocas horas de clase, pero no quiere complicarse la vida. Con él se suele funcionar por inercia.

EL TRAMPOLÍN POLÍTICO: Actualmente en retroceso. Hace algunos años era más frecuente. Suele ser un buen líder, pero como su objetivo no es en realidad el centro, una vez que se ha aprovechado del trabajo de todos y ha demostrado su eficacia abandona la nave no dejando siempre un equipo sólido detrás.

EL MANTENEDOR DEL STATUS: Apoyado por el sector más inmovilista del claustro busca que no se mueva nada en el centro para que nadie se moleste. Puede ser eficaz en algunos casos, pero a la larga su negativa a evolucionar acarrea conflictos.

EL PESETERO: se mueve por el complemento económico. Hay más de lo que parece aunque dicho complemento no sea precisamente generoso. No tiende a complicarse.

Una vez alcanzada la dirección, los directores suelen presentar tres perfiles característicos:

AUTOCRÁTICO
DEMOCRÁTICO
LASSER FAIRE (pasota)

Este último prolifera mucho ya que a veces el apoyo a un director está condicionado a que "deje trabajar a cada uno a su aire" y no moleste: esta actitud perjudica al profesorado motivado.

En el siguiente cuadro se exponen las características de estos tres estilos de dirección:

 
COMPORTAMIENTO DEL LÍDER

 
CARACTERÍSTICAS DE LOS PERFILES
DE DIRECCIÓN

 
AUTOCRÁTICO

 
DEMOCRÁTICO

 
“LAISSER FAIRE”

 
Toma de decisiones

 
Por el jefe
únicamente

 
En común con el
Jefe (discusión)

 
Indeterminación: leve
 intervención del Jefe

 
Determinación de activi-
dades, objetivos, medios

 
Los proporciona
el Jefe

 
El Jefe traza las líneas generales y da alternativas
 

 
Ninguna ayuda del Jefe que a lo sumo proporciona material
e información si se le pide

 
División de tareas

 
Por el Jefe

División consensuada y
espontánea del trabajo

 
Ninguna intervención del Jefe. Cada uno a su aire

 
Composición de los grupos de trabajo

 
Por el Jefe

 
Libre elección según
preparación o afinidad

 
Ninguna intervención

 
Apreciaciones a la labor
de los subordinados

 
De tipo personal:
aliento, crítica

 
De tipo objetivo

 
Ninguna: no hay comentarios

 
Participación del Jefe en
Las actividades

 
Ninguna

 
Participa

 
Ninguna

 

La opción participativa en el funcionamiento del centro.

Aunque a corto plazo puede parecer que cualquiera de las opciones de enfocar la dirección, especialmente la autocrática y la democrática, puede presentar resultados positivos, a largo plazo es evidente que en una estructura tan compleja, con tantos intereses contrapuestos pese al interés común que debe ser la educación, sólo la opción democrática y participativa puede calar en la comunidad educativa y crear un funcionamiento eficaz donde todos estén implicados en un proyecto común.

Especialmente entre el profesorado, dada su alta cualificación, las órdenes terminantes sin explicaciones son mal recibidas y es necesario una ardua labor de persuasión para que acepten el trabajo en equipo. Eso no quiere decir que la opción democrática esté reñida con la firmeza, sobre todo cuando el problema no es tanto convencer para trabajar de "otra manera" sino romper con la inercia, los derechos adquiridos que perjudican a la comunidad educativa y la pereza.

Para conseguir este estado participativo al menos de la mayor parte de la comunidad (siempre habrá casos perdidos ) el Director y el Equipo Directivo deben crear el clima adecuado. He aquí algunas ideas sobre cómo enfocar las relaciones entre y con los miembros de los distintos sectores del centro educativo:

El funcionamiento del Equipo Directivo:

Debe estar de acuerdo con la opción participativa, trabajando de forma coordinada. Hay que tener en cuenta algunas de estas ideas:

Reservar dos o tres horas del horario semanal para reunirse y coordinarse, poner en común los problemas, plantear actuaciones  y tomar decisiones al respecto.

Aunque cada directivo debe ser responsable de su parcela, es imprescindible que todos conozcan el funcionamiento de todas las parcelas de actividad no sólo para ayudar a resolver los problemas sino para que en caso de ausencia de uno, otro pueda asumir con garantías su labor si ha de sustituirle temporalmente.

Deben estar dispuestos a hablar de todo con todos.
Aunque además de equipo, sean amigos, las decisiones deben tomarlas en el centro, no en el bar.

La relación con los padres:

Debería basarse en la confianza y no en el recelo mutuo. Para ello es importante FACILITAR INFORMACIÓN. Para ello:

Cada profesor debe tener asignada una hora semanal para recibir a los padres.

La reunión de principio de curso de los tutores con los padres debe cuidarse al máximo. Conviene que estén presentes todos los profesores del grupo o nivel, aunque no es imprescindible ni viable en muchos centros. La información sobre horarios, asignaturas, evaluaciones, criterios de calificación y promoción, faltas de asistencia, etc… debe ser amplia. Para ello hay que proporcionar a los tutores toda la información tanto la común para todos como la que ellos recaben, según las características del grupo.

En casos puntuales (salidas, organización de actividades extraescolares, elección de optativas, de modalidad de Bachillerato, etc,) no está de más convocar reuniones extraordinarias de padres con tutor, orientador o equipo directivo para informarles, pues los hijos a veces no transmiten la información que se les da o no prestan atención o no la entienden.

Cuidar al máximo la información sobre el rendimiento escolar, enseñando a los alumnos (siempre) y a los padres (si lo piden) los trabajos realizados y corregidos y explicando los aciertos y fallos. Eso sí, también hay que dejar claro para evitar malentendidos que los contenidos y el nivel de exigencia no son competencia de padres y alumnos, sino de los profesores.

La elección de los espacios donde se hagan las reuniones y/o entrevistas con los padres deben ser los adecuados para que la comunicación sea óptima: por ello hay que evitar los pasillos o la entrada y estar de pie. Incluso si el centro carece de sala de visitas, un despacho, un departamento, pueden ser sitios aceptables.

En las entrevistas hay que tener claro de qué se debe hablar y de qué no.

Respecto a la AMPA del centro es primordial una buena relación en la que, DEJANDO CLAROS LOS ASPECTOS QUE COMPETEN Y NO COMPETEN A LOS PADRES, se debe facilitar información sobre el centro y ser receptivo a las sugerencias que apunten, aceptando e incluso animando a su participación en actividades. Aquí es muy importante la labor del Equipo Directivo de cara al claustro, intentando conseguir una mentalidad abierta en sus miembros para que vean a los padres como colaboradores y no como enemigos evitando recelos.

Respecto a los representantes en el Consejo Escolar, se debe facilitar a los representantes de los padres la legislación que les afecta para que conozcan sus funciones, así como facilitar también la relación de los representantes con los representados: no son operativos los padres que sólo se representan a sí mismos.

La relación con los alumnos:

Aunque parezca mentira, es la más importante y a la vez la más difícil. De la actitud del alumnado depende no sólo su aprendizaje sino su comportamiento y participación en la vida del centro. Y esa actitud va a estar en gran parte relacionada con lo que dirección y profesores les ofrezcan. Así, en un centro donde:

  • Lo único importante es la hora de clase
  • Los profesores sólo se preocupan de su materia y ni siquiera ellos dan importancia a la coordinación o al estado de las instalaciones, o las actividades extraescolares son consideradas como una pérdida de tiempo.
  • El trato al alumno es distante, sin explicaciones, sin orientar su aprendizaje, e incluso hostil hacia él. Lo normal es que el alumno sólo intente (los que lo intentan) sobrevivir, aprobar como sea, pero que no se identifique con el centro, no respete las instalaciones ni a sus compañeros y profesores, no utilice los cauces de representación, etc.

 

Por todo esto hay que fomentar ( y para ello hay que concienciar al profesorado que no esté concienciado):

    • La Tutoría, utilizándola especialmente para explicar a los alumnos sus derechos y deberes, para que conozcan las Normas de convivencia y conducta de los centros, los planes de estudios, las razones para respetar las instalaciones y a las personas, etc, todo ello sin perjuicio de mantener un control para los casos de faltas a la convivencia. Igualmente debe utilizarse para cohesionar al grupo de alumnos entre si y con los otros grupos. Igualmente concienciando la necesidad de colaboración y armonía con el Departamento de Orientación o el E.O.E.P., especialmente en los planes de actuación con los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.

 

    • Revitalizar la figura del Delegado: para ello hay que mentalizar tanto a profesores como a los propios alumnos que el delegado no es un esbirro al servicio del profesor para traer tizas, apuntar ausencias de compañeros, etc, sino que es un enlace entre sus compañeros y los profesores o el equipo directivo. ( por ejemplo podría tener competencias para junto con el tutor organizar el calendario de exámenes en época de evaluaciones....). Así se conseguiría que los grupos eligieran un delegado capaz y no al que destaca por vago, repetidor, al nuevo en el centro, como suele ocurrir.
    • Es importante dejar bien especificado tanto en el Proyecto Educativo como en el Proyecto Curricular la forma en que los Ciclos o Departamentos ( y por ello los profesores ) informen a los alumnos del contenido de las materias y de los criterios de evaluación y calificación. Se debería mentalizar al profesorado y consensuar con él la obligación de explicar los contenidos de los exámenes, así como mostrar los mismos ya corregidos a los alumnos para que sean conscientes de sus aciertos y fallos.

 

    • Potenciar las actividades complementarias y extraescolares, estableciendo criterios de participación y animando al alumnado a colaborar en los casos que proceda en su organización.
    • Facilitar las reuniones de la Junta de Delegados de Alumnos.

 

    • Facilitar la información sobre el Consejo Escolar, favorecer la presentación de candidaturas de alumnos y su integración dentro del consejo, así como las relaciones entre representantes y representados.

Todo ello en el marco que corresponda a los alumnos, sin hurtarles competencias, pero informándoles de los límites de dicha participación.

La relación con el personal no docente, debe basarse en:

    • Concienciarle de la importancia que su labor puede jugar en el buen funcionamiento del centro y organizar su trabajo en ese sentido.

 

    • Aceptar sus sugerencias: a veces ellos conocen aspectos de los alumnos que a los profesores se les escapan.

Con la Administración Educativa:

    • Especialmente con la Unidad de Personal de la Consejería correspondiente.
    • Con Planificación Educativa.
    • Con cualquier otro personal de la Administración.

 

Con la Inspección Educativa y otros estamentos docentes:

    • Se debe lograr una relación de armonía y cooperación. Todos debemos ir en la misma dirección, aunque a veces parezca todo lo contrario.

 

La relación con el Ayuntamiento:

    • Si bien en muchos casos no es fluida, pues el concejal representante no asiste a las reuniones del Consejo Escolar con bastante frecuencia, en los casos que exista interés del Ayuntamiento, se puede utilizar para mejorar la escolarización, realizar actividades extraescolares, intercambios con otras localidades, etc.

 

La relación con y entre el profesorado:

La hemos dejado para el final de una forma consciente, puesto que los profesores son el eje de funcionamiento de todo el centro. El Equipo Directivo debe crear un buen clima entre los profesores, pero también entre éstos y los demás sectores de la comunidad educativa: SI EL EQUIPO DIRECTIVO ES EL ÚNICO QUE SE LLEVA BIEN CON PADRES, ALUMNOS, PERSONAL NO DOCENTE, SERÁ DIFÍCIL QUE SE LLEVE BIEN CON LOS PROFESORES Y QUE ENTRE ELLOS HAYA UN BUEN AMBIENTE, Y SIN LA COLABORACIÓN DE LOS PROFESORES EL CENTRO NO PUEDE FUNCIONAR BIEN.

Igualmente, si el Equipo Directivo sólo se lleva bien con los profesores, difícilmente lo hará con los otros sectores.

Algunas ideas para que funcione la relación con y entre el profesorado:

    • Amabilidad en la recepción del profesorado nuevo: entrevista relajada, proporcionando información sobre el centro, evitando el cotilleo. Apertura de un expediente en secretaría con sus datos y entrega de los documentos característicos del centro: P.E.C, P.C., etc. presentación a los compañeros.
    • Claustros bien preparados por el Equipo Directivo: tener todos los temas y propuestas claros, mano izquierda en las intervenciones, sin entrar al trapo en las provocaciones, pero sin excluir la firmeza ( no se puede permitir que a propuesta de alguien se tomen decisiones contrarias a la norma), apreciar las intervenciones constructivas, etc.
    • Dar "cancha" a los profesores más reacios, de forma que sientan que se aprecian sus cualidades: poco a poco se irán enganchando al proyecto común incluso a su pesar. ( o al menos verán desmontados sus argumentos )
    • Para la elaboración de documentos, invitar al profesorado a formar un grupo de trabajo: los más receptivos se engancharán y terminarán arrastrando a los demás ( por desgracia no a todos...).
    • Difundir toda la información de interés y hacer fotocopias suficientes para repetir la entrega sin un reproche a los que la pierdan.
    • Animar y apoyar la realización de actividades extraescolares, dentro de un marco de criterios claros y proporcionar en la medida de las posibilidades del centro medios para ellas: no obstante hay que dejar claro que el que propone actividades es el que debe realizarlas. En muchos claustros existe el famoso capitán araña" que intenta embarcar a los demás, se escaquea y luego se queja de que sus propuestas no son puestas en práctica.
    • Fomentar las actividades de convivencia entre profesores: comidas, salidas, etc.
    • Buscar por todos los medios que el profesorado conozca y se interese por la legislación y su adecuada interpretación: la difusión entre los profesores de interpretaciones de la ley sesgadas es fuente de conflictos.
    • La motivación del profesorado hay que conseguirla sin renunciar a las convicciones del equipo directivo.

 

Es preciso que el profesorado esté motivado. A este respecto, el profesor, como todo trabajador sumergido en un sistema productivo, será eficaz en la medida que combine dos factores: el saber: conjunto de conocimientos y experiencia necesarios para rendir en el trabajo, y el querer: motivación para hacer bien el trabajo. Veamos en el siguiente cuadro los comportamientos posibles ante la tarea:

 
 

 
SABEN

 
NO SABEN

 
QUIEREN

 2
Saben y Quieren

1
No Saben y Quieren

 
NO QUIEREN

 3
Saben y No Quieren

 4
No Saben y No Quieren

Normalmente los trabajadores ( y por ello los profesores ) cuando entran a trabajar están en la fase 1, con la experiencia y la motivación pasan a la fase 2 y luego, si se van quemando terminan en la fase 3, excepto los que nacieron quemados que siempre se encuentran en la fase 4 durante toda su vida laboral. LA MISIÓN DEL EQUIPO DIRECTIVO ES CONSEGUIR QUE ALCANCEN LA FASE 2 Y SE QUEDEN EN ELLA EL MAYOR TIEMPO POSIBLE, a poder ser hasta la jubilación.