b) Autonomía, transparencia y rendición de cuentas.

Los estudios internacionales ponen de manifiesto que los países que han mejorado de forma relativamente rápida la calidad de sus sistemas educativos han implantado medidas relacionadas con la simplificación del currículo y el refuerzo de los conocimientos instrumentales, la flexibilización de las trayectorias de forma que los estudiantes puedan elegir las más adecuadas a sus capacidades y aspiraciones, el desarrollo de sistemas de evaluación externa censales y consistentes en el tiempo, el incremento de la transparencia de los resultados, la promoción de una mayor autonomía y especialización en los centros docentes, la exigencia a estudiantes, profesores y centros de la rendición de cuentas, y el incentivo del esfuerzo.

La reforma promovida por la LOMCE se apoya en evidencias y recoge las mejores prácticas comparadas. Los principales objetivos que persigue la reforma son reducir la tasa de abandono temprano de la educación, mejorar los resultados educativos de acuerdo con criterios internacionales, tanto en la tasa comparativa de alumnos y alumnas excelentes, como en la de titulados en Educación Secundaria Obligatoria, mejorar la empleabilidad, y estimular el espíritu emprendedor de los estudiantes. Los principios sobre los cuales pivota la reforma son, fundamentalmente, el aumento de la autonomía de centros, el refuerzo de la capacidad de gestión de la dirección de los centros, las evaluaciones externas de fin de etapa, la racionalización de la oferta educativa y la flexibilización de las trayectorias.

El aumento de la autonomía de los centros es una recomendación reiterada de la OCDE para mejorar los resultados de los mismos, necesariamente unida a la exigencia de una mayor transparencia en la rendición de cuentas. Pese a la reiteración formal de la LOE sobre la importancia de la autonomía, las encuestas internacionales siguen marcando este factor como un déficit de nuestro sistema.

Es necesario que cada centro tenga la capacidad de identificar cuáles son sus fortalezas y las necesidades de su entorno, para así poder tomar decisiones sobre cómo mejorar su oferta educativa y metodológica en ese ámbito, en relación directa, cuando corresponda por su naturaleza, con la estrategia de la administración educativa. Esta responsabilidad llevará aparejada la exigencia de demostrar que los recursos públicos se han utilizado de forma eficiente y que han conducido a una mejora real de los resultados. La autonomía de los centros es una puerta abierta a la atención a la diversidad de los alumnos y alumnas, que mantiene la cohesión y unidad del sistema y abre nuevas posibilidades de cooperación entre los centros y de creación de redes de apoyo y aprendizaje compartido.

Que nos dice en su articulado la LOMCE con respecto a la autonomía, transparencia y rendición de cuentas en los centros educativos:

CAPÍTULO III

Currículo y distribución de competencias

Artículo 6 bis. Distribución de competencias.

Las Administraciones educativas fomentarán y potenciarán la autonomía de los centros, evaluarán sus resultados y aplicarán los oportunos planes de actuación.  Los centros docentes desarrollarán y complementarán, en su caso, el currículo de las diferentes etapas y ciclos en uso de su autonomía.

TÍTULO V. Participación autonomía y gobierno de los centros.

CAPÍTULO II. Los apartados 3 y 4 del artículo 120 quedan redactados de la siguiente manera:

Las Administraciones educativas potenciarán y promoverán la autonomía de los centros, de forma que sus recursos económicos, materiales y humanos puedan adecuarse a los planes de trabajo y organización que elaboren, una vez que sean convenientemente evaluados y valorados.

 Los centros sostenidos con fondos públicos deberán rendir cuentas de los resultados obtenidos.

Los centros, en el ejercicio de su autonomía, pueden adoptar experimentaciones, planes de trabajo, formas de organización, normas de convivencia y ampliación del calendario escolar o del horario lectivo de áreas o materias, en los términos que establezcan las Administraciones educativas y dentro de las posibilidades que permita la normativa aplicable, incluida la laboral, sin que, en ningún caso, se impongan aportaciones a las familias ni exigencias para las Administraciones educativas.

CAPÍTULO I. Artículo 2. Sistema Educativo Español.

El funcionamiento del Sistema Educativo Español se rige por los principios calidad, cooperación, equidad, libertad de enseñanza, mérito, igualdad de oportunidades, no discriminación, eficiencia en la asignación de recursos públicos, transparencia y rendición de cuentas.»

Transparencia y la rendición de cuentas de los centros educativos, mediante la publicidad de un sistema básico de indicadores escolares.

 La Transparencia y la rendición de cuentas de los centros educativos es legítima y necesaria para que los responsables de la Administración Educativa y los usuarios de la educación tengan una información suficiente sobre el rendimiento educativo de los centros docentes. Es útil, incluso, para los centros que vayan a abordar su evaluación interna, pues la información proporcionada por el sistema básico de indicadores permite, a la institución escolar, interpretar mejor los resultados de la evaluación interna y conocer con mayor objetividad su rendimiento educativo, en lo referido a los productos.

Un sistema de indicadores educativos de cada centro escolar aportará información fiable para el conocimiento y la valoración del centro. Por ello, cualquier proceso de evaluación de un centro docente debe tener en cuenta la información proporcionada por los indicadores de un sistema básico, pero esta información no agota la evaluación del centro. La mejora de cada centro concreto se basa en la evaluación interna. El conocimiento profundo de los procesos que se desarrollan en el centro y de sus causas, la participación comprometida de los diversos sectores de la comunidad escolar en los problemas que subyacen, y la asunción de compromisos de cambio, solo son efectivos a través de la evaluación interna.

El sistema básico de indicadores escolares está relacionado con la rendición de cuentas y con la transparencia del funcionamiento del centro educativo. La mejora continua de la calidad de la educación en cada centro debe basarse, en cambio y fundamentalmente, en la autoevaluación y en la evaluación interna, es decir, en la reflexión sobre la práctica educativa, en la detección de los puntos fuertes y de los puntos débiles de la institución y en la asunción de compromisos para la mejora.

La selección de los indicadores que integran un sistema básico para los centros escolares debe llevarse a cabo teniendo en cuenta los siguientes criterios:

  • Los indicadores debe ser generales, relevantes, inmediatos, claros, estables, fiables y viables.
  • Los indicadores de resultados deben constituir una parte fundamental del sistema básico.
  • La selección debe ser consensuada, para que sea un instrumento aceptado por la mayoría de la comunidad educativa como medio para el conocimiento y la valoración de los centros.

 

La transparencia de los datos debe realizarse persiguiendo informar sobre el valor añadido de los centros en relación con las circunstancias socioeconómicas de su entorno y, de manera especial, sobre la evolución de éstos.

 
        Tipos de indicadores de un sistema básico.

Un sistema básico de indicadores educativos de los centros escolares está orientado hacia la transparencia y debe incorporar los siguientes elementos:

  1. Indicadores de recursos. Para cubrir la finalidad de valorar la eficacia y eficiencia del funcionamiento el centro, se necesitan algunos indicadores de los recursos con los que cuenta el centro:
    • Recursos financieros: la gestión de los recursos financieros debe de ser informada en los órganos colegiados correspondientes: claustro y consejo escolar.
    • Recursos humanos: la gestión de los recursos humanos debe de tener nos criterios definidos y deben de estar detallados en la programación general anual del centro.
  2. Indicadores de procesos. Se trata de incorporar al sistema algunos indicadores sencillos que se refieran a la actividad educativa del centro: por ejemplo la enumeración de las acciones de calidad educativa que desarrolla el centro u otros proyectos pedagógicos innovadores.
  3. Indicadores de resultados: que deben constituir la mayor parte del sistema básico de indicadores escolares, porque son la referencia definitiva para conocer y valorar el centro escolar:
    • Resultados internos del centro: tasas de promoción de curso, porcentajes de evaluación positiva por áreas y materias, tasas de repetición, etc.
    • Resultados en pruebas externas censales: resultados en las pruebas finales de etapa,    resultados en pruebas de diagnóstico organizadas por la respectiva Administración  Educativa, etc. Estos resultados son un elemento objetivo de contraste y su conocimiento tiene una gran incidencia en la calidad de la educación. " (Proyecto LOMCE. Preámbulo).
    • Satisfacción de la comunidad educativa con el funcionamiento y los resultados del centro.